23 noviembre 2007

16 noviembre 2007

Sevilla

El otro día, leyendo un comment en el blog de Chinita Jodida, me acordé de otra anécdota de viaje... No voy a describir la ciudad, que creo que después de Barcelona, es la más linda de España. O sí, no sé, después veo :P (estoy medio indecisa)

Bueno, sí, la describo... pero recuerden que lo más importante fue la anécdota.

Sevilla es muy bonita y no deja de ser Andalucía, donde la gente es más cálida y simpática. Veníamos de Córdoba, donde lo habíamos pasado no muy bien y al llegar a esta ciudad limpia, cuidada respiramos tranquilas. Era el único punto del viaje que habíamos dejado sin reserva hotelera para ver bien dónde acomodarnos. En realidad la noche anterior lo habíamos pasado en el Parador de Carmona, 30km antes e Sevilla, que era una maravilla. Dimos un par de volteretas y decidimos alojarnos en el Inglaterra. Es un hotel 4 estrellas que está ubicado a dos cuadras de la catedral.

El día que llegamos fuimos al Alcázar y a la Catedral. Obviamente no dejamos de visitar la Giralda, desde sus casi 70m de altura pudimos observar toda la ciudad, cortada al medio por el Guadalquivir. En el interior majestuoso de la catedral está la tumba de quien sería Cristobal Colón. Digo "sería" porque un tiempo después de mi visita hicieron estudios para comprobar que realmente fueran sus restos... Colón ni me va ni me viene, pero realmente el conjunto escultórico es imponente. La catedral por dentro es bastante shockeante, por sus dimensiones y por su calidad artística.
Tumba de Cristóbal Colón en Catderal de Sevilla

Alcázar de Sevilla

Ese mismo día nos fuimos caminando desde allí hasta la Plaza de Toros y la Torre del Oro, caminamos por la orilla del río y nos volvimos al hotel porque el calor era agobiante.
Torre del Oro

Al día siguiente decidimos ir hacia la Plaza de España que es un lugar inmenso donde se hizo la expo de 1929. Y acá viene la anécdota:
Plaza de España

Ni bien entramos en la Plaza nos encararon unas gitanas de las cuales no pudimos huir. Una de ellas me agarró a mí y la otra a mi amiga. Me agarró la mano y empezó a decirme zarazas. Entre todas las cosas que me dijo: "Vas a volver a tu país como has salido". Y siguió hablándome del futuro y de no sé qué. Cuando terminó, se despachó con un: "Son 10.000 pelas"; "Lo quéeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee??????????????". Y estuve lenta. Mi amiga no les dio un mango, pero yo como una estúpida saqué la plata que tenía en el bolsillo del pantalón: no me acuerdo un billete de cuántas pesetas tenía y uno de cien de dólares. "Es que no tengo cambio", fue mi respuesta estúpida. "Pues, yo te cambio" y automáticamente me agarró un billetote de pesetas de la mano. Con el vuelto me dio una ramita de rudamacho que tiré en el primer tacho de basura que encontré. Mientras nos íbamos las gitanas nos gritaron ocho millones de maldiciones. Yo me sugestiono muy fácil y me empecé a comer la cabeza con la cantidad de cosas que nos podían pasar, pero después de me dije "me dijo que iba a volver tal como salí de Argentina, por lo tanto no puede pasarme nada".

Y así continuamos nuestro periplo.

Pero en el camino que va de Sevilla a Granada, pasamos por el Despeñaperros. Mi copiloto iba dormida y yo iba como a 150km/h. No había nadie en la ruta... Pero de pronto, como si alguien me hubiera dicho: "pibita, mirá bien", bajé la vista y vi que el capot del auto estaba a punto de soltarse. De pedo no se levantó, si no no la hubiéramos contado. Y ahí di por terminada la maldición de las gitanas.

TIP: eviten a las gitanas y si los agarran tápense los oídos

07 noviembre 2007

Cambio de rumbo

No es que me tenga podrida del todo, pero a veces no lo quiero más a este blog. Me siento obligada a escribir y no es la idea. Ya bastante tengo con el "chat en slow" (Flor! dixit) de Oliunid. Así que a partir de ahora... la nada, por ahí de vez en cuando habrá algún contenido pero no me voy a devanar los sesos. Ya los tengo demasiado hechos puré y no quiero forzar nada...

Así, como para muetra basta un botón, esto va a ser mi blog de acá en adelante: